La autoproclamada presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, aseguró ayer que el ex mandatario Evo Morales, renunciante tras denunciar un golpe de Estado, no podrá presentarse a las nuevas elecciones presidenciales que pretende celebrar para superar la crisis política, pero aclaró que el Movimiento al Socialismo (MAS) sí puede hacerlo.
“Decirle al MAS que tienen todo el derecho a participar en las elecciones (y) que vayan buscando candidato (...): Evo y Álvaro (García Linera, el vicepresidente renunciante) no están habilitados para un cuarto mandato”, afirmó Áñez en una entrevista sin dar más precisiones.
El martes, tras declararse presidenta ante una Asamblea Legislativa sin quórum, Áñez había anticipado que iba a convocar a elecciones y a derogar la sentencia del Tribunal Constitucional que permitió a Morales y su vice aspirar a un cuarto mandato, a contramano de la decisión expresada en un referendo.
Áñez, vicepresidenta segunda del Senado, quien se ha proclamado mandataria interina en una sesión sin quórum, instaló ayer un gabinete duro, que se mostró dispuesto a confrontar y a perseguir a los dirigentes del Movimiento al Socialismo, de Evo. El hombre fuerte de este equipo es el ministro de Gobierno (Interior), Arturo Murillo, un empresario hotelero que siempre mantuvo una agria disputa con Evo y su gente. Este fin de semana los simpatizantes del ex mandatario le quemaron el hotel y su familia se tuvo que refugiar en el monte.
Por eso, algunos periodistas afirman que Murillo “viene con sed de sangre”. “Les digo a todos aquellos que están en la sedición que van a ir a la cárcel (...) Empiecen a correr”, fueron algunas de sus frases dirigida a los manifestantes del MAS.
Y en particular se cebó con algunos ex funcionarios de Evo, como Juan Ramón Quintana, ex ministro de la Presidencia, a quien acusa de estar detrás de los desmanes de los últimos días, y en particular de la quema de su hotel. “Vamos a ir a la cacería de Quintana. ¿Por qué es una cacería? Ese es un animal que está matando gente en nuestro país y no lo vamos a permitir”, advirtió Murillo.
Con Gobierno y Defensa como arietes, Áñez busca enfrentar las movilizaciones y los disturbios. Si bien es un gabinete de emergencia, con un Gobierno de corto plazo, la transición se presenta complicada ya que el equipo gubernamental no surgió con el fin de establecer políticas a largo plazo, sino exclusivamente para hacer frente a las protestas sociales.(Télam/CLarín)